viernes, 31 de enero de 2014

Esos locos bajitos (primera parte)



       Cada estancia de nuestra casa es diferente, esto os puede parecer una boutade (y probablemente lo sea, para que voy a dármelas de filosofa). Matizando que es gerundio. Se que una cocina, es diferente a un baño, sobre todo en la salida de humos, y estas su vez distintas del salón.


      Me explico. Con diferente me refiero a peculiar, singular, inconfundible, incluso a veces contradictorias.   La energía con la que las decoras, con la que buscas esos pequeños o no tan pequeños detalles que las hacen especiales, que las hacen tuyas, son distintas en cada estancia.

  Si te aburro me dices.......


        A lo que iba. Todos los rincones de tu casa son únicos y en todos habrás vertido todos tus esfuerzos en hacerlo resplandecer, pero hay uno sin duda que es especial, el cuarto de tus hijos.




           Nada hay mas placentero que escoger cuidadosamente todos los objetos que van a acompañarle durante sus primeros años. Y no pocas veces esos objetos surgen de los lugares mas imposibles.

        Resulta que cuando os casasteis la tía de 90 años de tu marido, esa que durante vuestros veinte años de noviazgo fue incapaz de aprenderse tu nombre, os regaló una monstruosa cómoda. Una densa, sólida, consistente, maciza y pesada cómoda de caoba. "Es buena no la estropeéis" rezaba la tarjeta que la acompañaba. Superada la conmoción inicial y dominado el primer impulso de donarla a las hogueras de San Juan, decides colocarla en el único sitio en el que no va a sufrir ningún percance. El trastero de tus padres.

        Pues bien, años después,  un día, digamos soleado de primavera, paseando por la Gran Via, en busca de los primeros pijamitas que comprarle a tu incipiente bebe, te paras en una tienda de decoración muy Chic y cara y descubres que la cómoda de la tía Anastasia es el último grito en decoración de interiores, previo paso por un lacador claro. Y hela aquí, remozada y preciosa, divina en el cuarto de tu niño, la tía Anastasia estaría orgullosa, o casi, de lo bien que ha quedado. Lástima que lleve años peleándose con el creador.

Cómoda cambiador lacada.

           Busquemos la cuna, y sobre todo seleccionemos los colores con que decoraremos las paredes del cuarto. Procura que sean relajantes sobre todo en los primeros años, no conviene insuflar al bebe de mas energía de la que suelen traer de serie. Vas a pasar muchas horas en ese cuarto, haz que sea un bálsamo de paz.
Cuna-cama estrellas y mural de Coordonne.
       El blanco es un color ganador, pero no solo de blanco vive el bebé, hay otros colores, mas arriesgados, pero igualmente sosegados (aunque no lo parezca cuando los ves en la tienda de pinturas o en la tienda de muebles). Son los grises. La clave está en la paleta de colores, no vayas saltando de uno a otro, decídete por uno y ahonda en él.

Estilo francés de room to room

        A parte de las cunas, existen en el mercado otro tipo de muebles, son los convertibles. Aúnan en el mismo espacio, la cuna, un cambiador, cajonera y cama adicional y cuando tu bebe crece y precisa de una cama, se desmonta y se transforma en una. mas versatilidad no puede caber en un mueble.

   Los hay de diferentes materiales y por lo tanto de diferentes precios.
        De laca, como este precioso convertible de Takatá........

Convertible takatá

   .......de melamina como el de BBCUS


Convertible BBCUS

    No olvides colocar algún sillón, sofacito, mecedora, silla, banqueta o incluso cajón de madera, en la que puedas acomodarte y  darle el pecho, leerle algún cuento o incluso echarte una cabezadita entre lloro y lloro.

Sillón  capitone 

     Ya hemos visto que la cómoda de la tía Anastasia lacada en blanco o en un suave beige queda ideal en la habitación de tu bebe, atrévete con una lámpara de araña con lágrimas de cristal. Dale un toque francés con una butaca decapada y tapizada en tonos tierra,



                 Todas tus ideas acerca de lacar la cómoda de la tía Anastasia y reutilizar la butaca que hace años yace olvidada en el salón formal de tus padres, ese que no se usa mas que en Navidad y el cumpleaños de tu padre,  se las cuentas a tu amiga mientras asistís a las clases de preparto. Ella te mira displicente y te recomienda visitar una franquicia muy barata a la salida de la carretera de Burgos, donde su prima ha amueblado toda la habitación de su segundo hijo por la mitad de lo  que te va a costar lacar tus muebles.

        Como te has vuelto muy intuitiva, cosa de las hormonas supones, nada que ver con la clarividencia, descubres una leve inflexión en el discurso de tu amiga. ¿Envidia?. Seguro. Decides no hacerla caso y prosigues con tu idea.


    Meses después de nacer vuestros niños, visitas por sorpresa a tu amiga. Pasabas por el barrio y como no os veíais desde la última clase de preparto has decidido pasar a verles. Con no poca reticencia accede a enseñarte el cuarto de su nena. Si te pinchan no sangras.


Cómoda lacada, composición cuadros muñecas de papel.



    Cerraron la franquicia, cosas de la crisis.




















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